lunes, diciembre 10, 2007

Zyanya
Caminaba yo por la acera norte de Av. Grecia casi al llegar a Juan Moya, era un día caluroso de primavera, de esos que uno no sabe si sacarle el plumón a la cama porque ya estás empezando a amanecer transpirado o dejarlo puesto porque en una de esas baja el frio de nuevo y mata todas nuestras esperanzas de que pronto empiece el verano, cuando en ese especifico momento, llevado por una de esas acciones producidas a falta de un sentido determinado, se me ocurrio mirarhacia mi derecha, hacia la calzada sur de la calle, donde, entre micros, autos y bulliciosos camiones, ví a una mujer que me parecio conocida.

Durante unos segundos me dedique a observarla detenidamente, caminaba arrastrando los pies, los que a su vez servían de apoyo para unas piernas arqueadas hacia fuera, con una espalda semi encorbada que terminaba en una cabeza que incistentemente apuntaba hacia el piso dejando de lado la perspectiva del horizonte. Todo lo anterior convinado con una contextura robusta ayudada por el exeso de ropa que bestía para el calor de aquel día. Despues de este rápido análisis de su apariencia cai en cuenta que lugar ocupaba en mi existencia, era la Zyanya. Que recuerdos los que se entrelazaron, tan buena que era para pararme cada vez que yo estaba en el suelo con mis lios amorosos, supongo que por ese simple hecho se ganó mi amistad y mi eterna gratitud. Eso si ella fue diferente, muy introvertida, claro que con ese aire de obligada extroversion provista por la adolescencia, la misma que con la que logor simular esa diaria tranquilidad que ocultaba todos sus problemas, desde los amores fallidos hasta las eternas heridas familiares que nunca logran sicatrizar del todo bien.

Era increible lo bien que lograba llevar y de cierta forma manejar las vidas de sus amigos y lo mal que controlaba la suya. Algo que si puedo reconocerle esque siempre tubo los objetivos de la vida claros, no se conformo con tentadoras ofertas que al final te dejan en nada.

Volví mi cabeza y seguí caminando, doble a la izquierda en Juan Moya. Tan buena que era la Zyanya.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

a pasado algo así como un año y algo desde el día q escribiste eso...

recuerdo haber escrito algo abajo.
que extraño ...

al menos ahora queda un registro de mi paso por tu vida, bueno, un par de cosas han cambiado

e aprendido a disfrutar un poco mas del calor sin esconderme bajo la ropa, y ya no te paro del suelo por ausencia de lios...

pero van a haber miles q quisas nunca cambien...

Todo esto a sido un placer...
cuidate



no pongo mi nombre porque ya esta escrito..(f)?

Anónimo dijo...

a pasado algo así como un año y algo desde el día q escribiste eso...

recuerdo haber escrito algo abajo.
que extraño ...

al menos ahora queda un registro de mi paso por tu vida, bueno, un par de cosas han cambiado

e aprendido a disfrutar un poco mas del calor sin esconderme bajo la ropa, y ya no te paro del suelo por ausencia de lios...

pero van a haber miles q quisas nunca cambien...

Todo esto a sido un placer...
cuidate



no pongo mi nombre porque ya esta escrito..(f)?

Gitano dijo...

Igual el final del cuento es... no sé raro, no sabría describirlo... diría que es cruel pero me parece que no va con esa intención, no sé, como que me golpeó un poco el final.
De cualquier manera creo que comparto tu opinión de lo buena que es la Zyanya y lo bien que saber escuchar al resto pero que le cuesta escucharse y expresarse a los demás y todas esas cosas que ya sabemos sus amigos. Y también comparto la opinión de la Zyanya de que ahora se viste de una manera un poco mas sensata en los días de calor.

Eso.. saludos!

PD: Nadie podría encontrar una mejor forma de describir esos días de primavera que como lo acabas de hacer tú hablando de sacarse o no el plumón, me encantó.

PD2: Me reprochaste no haberte comentado pero tu tampoco haz comentado mi cuento. (Aunque sea shuper loco de ese Gitano decadente que se ha expresado el último tiempo).

Nuevamente saludos!

Anónimo dijo...

oe si .!
q onda o sea q segui caminando me vei y no deci ni hola
pffff



asi pasa la vida

TOMÁS HACHE dijo...

yo duermo con el plumón puesto,

la mano en verano es abrir la ventana, para q ventile y ventile y se pase el olor a uno, o sabanear un poco y compartir tus olores con el resto del mundo.

en fin

saludos ariel